La hiperpigmentación se manifiesta como manchas más oscuras que el tono natural de la piel, producto de una producción excesiva o irregular de melanina.
Aunque es una condición muy común, tratarla requiere paciencia, protección solar constante y fórmulas adecuadas que ayuden a regular el pigmento sin irritar la piel.
En Dermapro comprendemos que cada mancha tiene un origen distinto. Por eso, el cuidado de la piel hiperpigmentada se basa en diagnosticar, proteger y tratar de forma progresiva, siempre priorizando la salud y tolerancia cutánea.

QUÉ ES LA HIPERPIGMENTACIÓN
La melanina es el pigmento que da color a nuestra piel, cabello y ojos.
Cuando se produce en exceso o se distribuye de manera irregular, aparecen las manchas. Estas pueden tener diferentes causas y aspectos:
- Manchas solares (lentigos): resultado de la exposición acumulada a radiación UV.
- Melasma: de origen hormonal, común durante el embarazo o con anticonceptivos.
- Hiperpigmentación postinflamatoria: aparece tras lesiones, acné o irritaciones.
CÓMO IDENTIFICAR LA PIEL HIPERPIGMENTADA
- Zonas más oscuras o desiguales en el rostro o el cuerpo.
- Manchas marrones, grisáceas o difusas.
- En algunos casos, sensibilidad en las áreas afectadas (especialmente en melasma reciente).
*** No todas las manchas son iguales ni responden al mismo tratamiento, por eso el primer paso es entender su origen. ***
PRINCIPALES CAUSAS DE LA HIPERPIGMENTACIÓN
Exposición solar: la radiación UV y la luz visible estimulan la melanina.
Cambios hormonales: embarazo, anticonceptivos o menopausia.
Inflamación: heridas, acné o dermatitis que dejan pigmento residual.
Factores genéticos y envejecimiento: predisposición natural o daño acumulado con los años.
CÓMO CUIDAR UNA PIEL HIPERPIGMENTADA
El tratamiento es gradual y requiere constancia, protección y paciencia.
Una rutina efectiva debe incluir:
Protección solar diaria: el paso más importante. Usa siempre SPF 50+ de amplio espectro.
Activos despigmentantes suaves: como niacinamida, ácido tranexámico, vitamina C o ácido kójico.
Exfoliación controlada: con alfa o beta hidroxiácidos suaves (mandélico, glicólico o láctico).
Hidratación constante: mantener la barrera cutánea intacta potencia la eficacia de los tratamientos.
***El exceso de exfoliación o productos irritantes puede empeorar las manchas; el equilibrio es esencial.***
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE MANCHAS
Manchas solares: suelen mejorar con protección y activos aclarantes.
Melasma: más profundo y sensible; requiere manejo constante y fotoprotección rigurosa.
Manchas postinflamatorias: se aclaran con el tiempo, pero pueden persistir si hay irritación o exposición solar.

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