La piel grasa se caracteriza por una mayor producción de sebo, lo que puede generar brillo, poros dilatados e imperfecciones. Sin embargo, una piel grasa no es una piel “problemática”: es una piel activa, que necesita equilibrio, limpieza adecuada e hidratación liviana para mantenerse sana y uniforme.
En Dermapro creemos que cuidar la piel grasa no significa eliminar la grasa, sino regularla con fórmulas inteligentes que mantengan la barrera cutánea en equilibrio.

CÓMO RECONOCER UNA PIEL GRASA
La piel grasa puede identificarse por:
- Brillo persistente: especialmente en la zona T (frente, nariz y mentón).
- Poros dilatados y visibles.
- Tendencia a puntos negros o granitos.
- Textura irregular o sensación de piel “gruesa”.
NO TODAS LAS IMPERFECCIONES SIGNIFICAN PIEL GRASA
Es común confundir la piel grasa con otros tipos de piel que también presentan imperfecciones.
Una piel seca o deshidratada puede desarrollar comedones si sufre acumulación de células muertas o si la barrera cutánea está alterada.
Por eso, identificar correctamente el tipo de piel es esencial antes de elegir una rutina.
POR QUÉ LA PIEL PRODUCE EXCESO DE SEBO
El sebo cumple una función protectora natural. Cuando se produce en exceso, puede deberse a:
Factores genéticos: glándulas sebáceas naturalmente más activas.
Cambios hormonales: adolescencia, ciclo menstrual o embarazo.
Estrés: estimula la liberación de hormonas que aumentan la producción de grasa.
Productos inadecuados: tanto los muy grasos como los demasiado astringentes pueden desequilibrarla.
CÓMO CUIDAR LA PIEL GRASA
El objetivo no es eliminar la grasa, sino mantener un nivel saludable de sebo y una barrera cutánea funcional.
Para lograrlo:
Limpia sin resecar: usa limpiadores suaves, que regulen sin eliminar los aceites naturales.
Hidrata siempre: las pieles grasas también necesitan hidratación, idealmente en texturas ligeras y no comedogénicas.
Exfolia con moderación: ayuda a mantener los poros limpios y prevenir imperfecciones.
Protege del sol: elige protectores oil-free o con acabado matificante.
Evita el exceso de pasos: una rutina sobrecargada puede generar más grasa como reacción.
INGREDIENTES ALIADOS DE LA PIEL GRASA
Algunos activos que ayudan a equilibrar, sin agredir:
Niacinamida: regula la producción sebácea y mejora la textura.
Ácido salicílico (BHA): limpia los poros en profundidad y controla el brillo.
Zinc PCA o extractos purificantes: reducen el exceso de grasa y calman la piel.
Ácido hialurónico ligero: hidrata sin dejar residuos grasos.

UN EQUILIBRIO QUE SE CONSTRUYE CON CONSTANCIA


